Recordatorio

No somos profesionales, simplemente nos gusta leer y tenemos tiempo libre, así que a veces cometemos errores.

domingo, 23 de abril de 2017

Fanfiction: ¿un género literario?

¡Bienvenidos a la Mazmorra, Frederika a vuestro servicio!

Esta vez toca un artículo cortito y de reflexión. Si has leído el título, has entrado aquí casi seguro por dos razones: para reírte o porque alguna vez has leído/escrito fanfiction y lo aprecias lo suficiente para interesarte por una reflexión sobre el mismo.

En cualquier caso, espero que no acabes riéndote, porque hablo muy en serio.

¿Qué es el fanfiction?


Para empezar, tal y como lo concebimos ahora en la era de Internet, es el producto de un fan que toma aspectos o personajes de una obra, sin importar el medio al que esta pertenezca, y trabaja sobre ello. En concreto, la palabra fanfiction suele referirse al formato escrito y no incluye otros elementos como puede ser música, dibujo, videojuegos, etc. Es decir, entendemos que es una suerte de novelita que sitúa a personajes favoritos en ciertas circunstancias que no se han dado en el libro o medio original. A menudo trata más de parejas que de un único personaje.

Por otra parte, su terreno es Internet, en concreto ciertas páginas como Fanfiction.net o Archive of our own, donde se catalogan los fanfictions por duración, temática, personajes, etc. Por tanto, y es importante recordarlo, no se crea con intenciones económicas, sino que es una forma de demostrar lo mucho que te gusta un producto. Lo suficiente para sentarte y dedicarle tu tiempo escribiendo sobre ello.


martes, 11 de abril de 2017

Ciencia Ficción: Distopías



¡Bienvenidos a la Mazmorra! ¡Green a vuestro servicio!


Bueno, bueno, aquí vengo con uno de los géneros y etiquetas más populares desde que empezó la ola juvenil de Los Juegos del Hambre. Esta vez voy a ahondar un poco más en otros aspectos de la distopía como tal, más que en sus categorías o sub-subgéneros, por cierta confusión que de aquellos años a esta parte aún se sigue arrastrando. Espero que no os aburra mucho.

¡Bien, y sin más dilación…!


¿Qué es una Distopía?



Distopía, o antiutopía, nace como término y concepto en 1868, en el discurso parlamentario de un señor inglés llamado John Stuart Mill. Al igual que la utopía, la distopía tiene raíz griega (“Mal Lugar”) y significa, según la Real Academia Española «[…] representación imaginaria de una sociedad futura con características negativas que son las causantes de alienación moral». Es decir, todo lo contrario a las sociedades ideales que veíamos en el anterior artículo.

Nadie se pone de acuerdo sobre cuál es la primera historia escrita como distopía. Lo que sí es cierto es que mucho antes de que Mill utilizara el término y lo acuñase, ya existían historias que poseían tintes distópicos correspondientes a la descripción del concepto. En 1726 Jonathan Swift escribió «Los Viajes de Gulliver», historia que casi todos conoceremos y que con fin satírico ya se denunciaban sociedades horribles, corruptas y en declive.

Ambos tipos de sociedad, utopías y distopías, son críticas de la sociedad en la que vive en el autor o autora, pero la distopía busca concienciar sobre lo que podría pasar o ser mediante visiones pesimistas del futuro. No apela a la esperanza para lograr su objetivo sino que utiliza el temor y el miedo para advertir hacia dónde está avanzando su sociedad actual. Este es el punto en el que se entra en materia real sobre cómo está constituida una distopía y qué la diferencia del género post-apocalíptico.

La distopía se emplea para intentar averiguar hacia dónde nos dirigimos, a qué atenerse si se sigue con la sociedad en la que se vive y qué futuro se está modelando, todo sujeto a una visión pesimista y crítica pero sincera. Es un recuerdo constante del peligro latente de aspirar a una utopía social, de las consecuencias desastrosas de no alcanzarla. El género distópico recoge y expone los temores humanos para que el lector reflexione sobre ellos, miedos que pueden ser fruto del progreso tecnológico, político, la incertidumbre diaria y el rol del ciudadano en el presente. Las distopías están estrechamente relacionadas con la época y contexto social y político del momento en que fueron escritas. Por ejemplo, muchas de las historias distópicas escritas hasta mediados del siglo XX eran claros avisos y advertencias sobre el malvado Socialismo, el control social y de masas, el individualismo extremo, el consumo desmedido y la libertad democrática que podía evolucionar a nuevos totalitarismos.

La verdad es que no iban tan desencaminados.

domingo, 2 de abril de 2017

De feminismo y personajes femeninos (V): la persecución contra las madres

¡Bienvenidos a la Mazmorra! Frederika a vuestro servicio, como siempre. Os traemos otro artículo de reflexión sobre los personajes femeninos en la literatura, después de tratar en el último el tema de la ignorancia sexual.

Creo que todos conocemos esa enfermedad que suelen sufrir los protagonistas, no importa de qué medio sean, llamada «orfandad». Acabar con los padres suele ser una forma de liberar al personaje de responsabilidades o de ataduras —lo normal es que los hayan perdido tan jóvenes que ni los recuerdan—. ¡Cómo van a salir de noche en caso contrario! ¡O a abandonar sus casas para irse a la aventura sin sentir ninguna clase de responsabilidad a lo Sora del Kingdom Hearts!

Pero la enfermedad de la que vengo a hablaros es peor que la orfandad, porque a veces esta juega un papel importante dentro de la historia incluso si estamos acostumbrados a verla. De lo que yo vengo a hablaros es de un problema psiquiátrico grave, con visos de machismo, sexismo y una profunda vagancia. Síndromes que se manifiestan a menudo en la literatura, en particular en la fantástica con la excusa de «es histórico que las mujeres X» —ya trataremos eso, ya—.

Y es que las madres NO existen.

O bueeeno, a veces existen. Y están muertas. Y ni sabemos su nombre. Solo el recuerdo de su bella compañía en un padre que mira al pasado roto por el blablablaba. O puede que estén vivas pero apenas sí importe. O puede que sí sean importantes pero sólo como figura tóxica, algo bastante habitual para denigrarlas y arrebatarles la categoría de madres por un motivo u otro.

Mi esposa no importa, sólo la haremos aparecer de fondo en una cutre-secuela y ni tendrá diseño original

O, mejor aún, puede que tu protagonista sea pronto madre y decidas terminar el libro con ella mostrando su bombo. Porque todo el mundo sabe que, una vez eres madre, dejas de tener la capacidad de protagonizar nada y tienes que salir de escena.

Así pues, en este artículo, a rasgos generales y entendiendo que en ocasiones se puede hacer a propósito para desarrollar esa figura maternal, tres tipos de forma de lidiar con las madres (no protagonistas):