Recordatorio

No somos profesionales, simplemente nos gusta leer y tenemos tiempo libre, así que a veces cometemos errores.

miércoles, 6 de abril de 2016

Análisis: Los Ojos del Cuervo, Juan Tejerina Villamuera

Título: Los Ojos del Cuervo
Autor: Juan Tejerina Villamuera
Sinopsis: Una oleada de muerte asola la ciudad de Savarish. Entre la nobleza se propaga un extraño mal que deja a su paso un reguero de cadáveres con un punto en común: las víctimas aparecen completamente desangradas y sin señales de violencia.

Cuando entre las altas esferas brota la sombra de la traición, un asesino que responde al nombre de Aldreth —y sobre cuyos ojos pesa una extraña maldición— entra en escena con el único objetivo de destapar la verdad. Lo que el mercenario no hubiese podido imaginar es el terrible secreto que se escondería detrás de la familia más poderosa de la ciudad.

Editorial: Autopublicado
Número de páginas: 439


Queridos, queridas y dragonas gruñonas, vuelvo de vacaciones para traeros otra reseña.

Como podéis observar en la ficha (si no os la habéis saltado), se trata de un libro autopublicado. Creo que podría contar con los dedos de una mano los libros autopublicados que he leído en mi larga y aburrida vida feérica. Siendo sincera, por dos motivos: no me topo con muchos y, principalmente, porque no me generan confianza. Un libro autopublicado, por lo general, solo tiene la garantía del escritor (desconocido) y sus amigos. Normalmente habrá acudido a una empresa cuyo principal cometido haya sido la impresión del libro, aunque incluya servicios de corrección. ¿Y cómo te puedes fiar de dichos servicios, si su principal interés es que el autor pague la cuota para ver el tan preciado y perfecto libro publicado? Podría decirse que Amazon tiene los mismos riesgos, su ventaja es que son ebooks baratos y hay una columna con las opiniones de los usuarios para hacerte una idea del contenido.

Por supuesto, a pesar de esta opinión, soy consciente de que es un prejuicio y de que no debería considerar todas las obras autopublicadas malas o de baja calidad. Sin embargo, si dijera que algunas se salvan, automáticamente cualquier autor autopublicado que me leyera se consideraría parte de la excepción.



No hay mayor peligro para un autor que pensar que su novela es maravillosa con únicamente su estándar de calidad. Existen multitud de editoriales pequeñas, pequeñísimas, que publican autores novatos que se ajustan a los géneros que venden. Quizá los estándares de calidad de algunas tampoco sean notables (por desgracia), pero a mí me proporciona la seguridad de que la novela ha sido aprobada más allá de los círculos próximos al escritor.

La novela autopublicada que os traigo hoy es la primera parte de Las Crónicas de las Sombras. Fue el primer, y me parece que de momento único, libro publicado de Juan Tejerina. Así que seré benevolente. Lo intenté leer desprendiéndome de todo prejuicio y preconcepción que he mencionado sobre los autopublicados. Lo juro. Enseguida veréis el resultado.

Perdonad la perorata. Entremos de una vez en materia.


Los Ojos del Cuervo narra la historia de una serie de asesinatos en la alta cuna de Savarish. A Aldreth, el protagonista, un noble le encarga que encuentre y acabe con el asesino, ya que él estaría entre sus futuros objetivos. Durante la investigación conoce a varios aliados que quieren, como él, descubrir quién está matando a la nobleza de Savarish y averiguar cuáles son sus intenciones.

Sí, sí, ya sé que la sinopsis es engañosa porque dice algo de «un extraño mal», pero ignoradlo y hacedme caso. No es que los nobles mueran por alguna clase de enfermedad. Desde el primer capítulo se hace hincapié en que hay un asesino detrás de esas muertes. De hecho, aparte de la identidad, el problema gira en torno a investigar cómo desangra a sus víctimas sin dejarles una sola marca en el cuerpo.


Ajam, ajam, cuéntame, que es muy interesanPERO QUÉ, IDOS A UN HOTEL

El desarrollo de la historia sitúa la acción principal siempre en el protagonista, aunque el narrador cambia la perspectiva a la de cualquier personaje indistintamente. No diría que sobran personajes, sino que sobran escenas. Hay muchísimo relleno en ese sentido, desde simples observaciones que no aportan nada a la historia o al mundo, explicaciones larguísimas y superficiales sobre el uso de la magia a capítulos enteros dedicados al mensajero que lleva una carta.

Uno de los puntos débiles de la trama es la poca justificación para involucrar a los personajes en el misterio. Tejerina intenta dar ciertas explicaciones para que continúen en el caso, pero son excusas que dentro de su coherencia interna o del contexto no son suficientes. Diría, pues, que es la historia la que tira de los personajes, y no estos quienes la ponen en marcha.

Por otro lado, la evolución de los personajes es escasa. Hay una intención por parte del autor de dar un trasfondo a Aldreth, que va desgranándose y exhibiéndose durante la historia; sin embargo, dicho desarrollo no tiene conclusión. Aldreth, al igual que el resto del elenco, acaba la novela del mismo modo que la empezó, a pesar de todos los sucesos que le ocurren. No tiene un cambio o una nueva visión del mundo,

El mundo de Tejerina es bastante clásico, simple y, en mi opinión, aburrido. Se ajusta a los límites de la fantasía medieval, con su fauna de enanos, vampiros y personas con poderes mágicos. El pueblo llano es ignorante, desagradable y maloliente. La nobleza es orgullosa, cobarde y educada. No existe ningún personaje que dentro de su determinado grupo no atienda a esta descripción; de hecho, podríais considerar esto como un spoiler (juju). Dejando el chiste de lado, encasillar de esa manera a todos los personajes los hace de base poco complejos e interesantes, ya que se desarrollan a partir de esas premisas, sea cuál sea la historia de vida que presenten.

El estilo de Tejerina no es malo para ser una primera novela, de hecho, lo he disfrutado mucho. Hay ciertos detalles que le dan riqueza a las escenas que describe, con la pega de que están muy estereotipados o, como he dicho antes, no aportan un conocimiento referente a personajes trascendentes o al mundo, sino que quedan como una mera anécdota y, a mí parecer, están muy desaprovechados.

Os pongo uno de muchos ejemplos. En una ocasión, Aldreth sale de noche para seguir con la investigación y ve a través de una ventana al panadero con un corsé y a su señora con «unos ajustadísimos ropajes negros, ideales para realzar ¿o tal vez redondear? la oronda figura de la dama», fusta incluida. Aldreth se queda mirando un rato porque lo considera gracioso. ¿Qué me dice esta escena, sobre un panadero que no aparece más, una forma de sexualidad que no tiene relevancia en la historia o sobre el propio Aldreth? Nada. Tejerina se recrea en esa visión por su matiz gracioso (jaja, mírales, por el día panaderos y por la noche cosplayeándose), no para contar nada, ni siquiera porque planee recalcar que Aldreth es un mirón [R: y qué mirón]. Queda como una anécdota anodina.

El hecho de que el libro sea autopublicado se nota en dos características de la edición de la novela: la corrección y la distancia entre párrafos. Primero, no está corregido, hay muchísimas meteduras de pata que un ojo externo detecta al vuelo. Y segundo, me resulta terrible tener que leer con un espaciado entre párrafos, porque alarga innecesariamente la cantidad de páginas y, aunque no sabría explicar por qué, se me hace más pesado de continuo. El punto positivo es que en las páginas finales hay adjuntados varios dibujos de los cuatro personajes principales; algo que, por ejemplo, una editorial no haría.

Por último, el final de la novela dura alrededor de diez páginas, que se usan para cerrar precipitadamente algunos cabos sueltos y dar sentido a una continuación de la saga. No me pareció bueno, solo cierra el libro y alude a que los personajes acuerdan otro objetivo.

Posiblemente no vuelva a leer Los Ojos del Cuervo. Se me ha hecho más pesado que la primera vez, quizá porque no tenía el aliciente del misterio. En su momento me decepcionó mucho la resolución y, aunque no lo recordaba bien, sí sabía lo suficiente para no generarme expectativas y para fijarme en las pequeñas pistas que, al final, no hacía falta ni memorizar porque Aldreth las recopila para sí mismo cuando desvela el enigma. Además, he notado más el relleno.

Los Ojos del Cuervo peca de ser otra historia más. Yo no estoy en contra de los experimentos, aunque parezca lo contrario, y no veo nada malo en que se mezclen géneros como la fantasía épica y el misterio. Pero si la historia de por sí, en esa mezcla, no aspira a aportar nada salvo el misterio, sacrificando el desarrollo de los personajes y la construcción del mundo por el camino, yo me bajo de este barco.





Abriré esta sección con un fragmento escrito por el autor en su web (que dejaré al final de la entrada), hablando sobre el libro, cómo lo hizo y cuál era su objetivo. El autor es español, pero el texto está en inglés porque se promociona también en otros campos profesionales. No he encontrado una traducción suya, por lo que os haré una algo chapucera a continuación.

I think it’s hard to understand what does it mean to finish your own novel. To me, it’s been a hard time. I’m not a professional writer, and therefore it is just a hobby to me. I write when I can, when I’ve got the time, and most of all: when I’ve got the energies […]

So, from time to time in four long years, I’ve managed to write a novel. And to be honest: it is not a bad one. It all started with a challenge. I was tired of mystery films. I really was. I always knew who was the bad-dude at the first 10 minutes of the film.

One day, somebody said that if “I was so tired, why don’t you write a better one yourself and shut your mouth up”. Now that’s a challenge!

I wrote one chapter, followed by another, then another more. Nobody knew what was going to happen. Nobody knew who the bad guy was. Soon, I found myself writing a story that had to be well thought, well planned, and most of all: be believable. Also, I’m a huge fan of epic fantasy, so there was my own personal challenge. How do you turn a fantastic-epic story into a mystery one? Where are the dragons? The elves? The wizards and sorcerers? Aren’t they saving the world (again)? No. They are trying to find out who the serial killer is, and why is he doing such things.


Creo que es difícil transmitir lo que significa acabar tu propia novela. Para mí fue un trabajo duro. No soy un escritor profesional, por lo que era más bien un hobby. Escribía cuando podía, cuando tenía tiempo, y lo más importante: cuando tenía fuerzas […]

Así que, poco a poco durante cuatro largos años, estuve escribiendo la novela. Y para ser honesto: no es una mala novela [L: Esto… Vale, osea, entiendo que te estés vendiendo y que yo solo soy una hada perdida en una mazmorra, pero, ¿no te falta un poquito de humildad?] [R: desgraciadamente para los escritores, son los lectores quienes dicen si es o no una buena novela. Di que te has quedado satisfecho, no que sea buena]. Todo empezó con un reto. Estaba cansado de las películas de misterio. Realmente cansado. Siempre averiguaba quién era el malo en los primeros diez minutos de la película.

Un día, alguien me dijo: “Si tan cansado estás, ¿por qué no escribes una mejor tú mismo y te callas la boca?”. ¡Ahora era un reto!

Escribí un capítulo, seguido de otro y luego de otro más. Nadie sabía qué ocurriría a continuación. Nadie sabía quién sería el tipo malo. Me encontré escribiendo una historia que había que pensar detenidamente, planear bien y lo más importante de todo: que fuera creíble. Además, soy un gran fan de la fantasía épica, así que era un reto personal. ¿Cómo convertir una historia de fantasía épica en una de misterio? ¿Dónde estaban los dragones? ¿Y los elfos? ¿Y los magos y los brujos? ¿No iban a salvar el mundo (de nuevo)? No. Ellos iban a intentar averiguar quién era el asesino en serie, y cuáles eran sus motivos.


Seguramente no ha visto Testigo de cargo [R: ejejeje, gran película]

Me gustaría analizar dos puntos muy cuestionables de la exposición de Tejerina sobre su proyecto.

En primer lugar, se lanzó a escribir una novela porque las películas de misterio no cumplían con sus expectativas. Una novela dista muchísimo de una película. Ambas pueden tener el mismo argumento, pero la forma de narrar de cada una es radicalmente distinta a la otra. Una misma escena en un libro no transmite nada ni tiene sentido en una película, y viceversa. Obviamente, él solo no puede producir una película, y no hay nada de malo en decantarse por escribir un libro en vez de un guion.

Mi problema en esta declaración es que ignora los libros de misterio. A mí personalmente me gusta muchísimo el misterio, soy poco perspicaz y pocas veces lo resuelvo, pero me encanta formularme mis propias teorías. Creo que Tejerina se equivocó al darle más importancia a la historia que al formato. Existen multitud de libros de misterio que dudo muchísimo que en sus primeras veinte páginas alguien logre dar con el bad guy, precisamente porque juegan con la complejidad de un (no necesariamente amplio) elenco de personajes grises y claroscuros. Es el lector quien tiene que decidir de quién fiarse y cuáles son los cabos que deben atarse, entre la marabunta de datos intrascendentes.

Seguramente tampoco ha leído Diez negritos
Y en segundo lugar, su reto personal fue aunar en una novela la fantasía épica y el misterio. Para nada son géneros opuestos y me parecen perfectamente complementarios. Sin embargo, ¿qué importa que no tengan que salvar el mundo, sino que el objetivo sea un asesino? El reto no tendría que haber sido intercambiar un detective por un personaje estereotipado de fantasía épica, sino que dentro del mundo fantástico esa búsqueda sea coherente y lógica.

Creo que no tengo nada destacable que decir sobre el transcurso de la historia. Mucho relleno. Chicha, haber, hay. De vez en cuando. Una parte del libro se la tiran explicando por qué detrás de los asesinatos no hay un vampiro (son mitos, no existen, bla, bla), luego resulta que sí. La otra parte, explicando por qué Wilhelm no es el culpable, luego resulta que sí. Meh.

¿Recordáis lo que he dicho antes sobre que soy poco perspicaz, tal y pascual? Bien, me gusta que el misterio me sorprenda, no es algo difícil y me maravillan los escritores capaces de proporcionar los detalles suficientes para que, cuando se desvela la verdad, te des cuenta de que la tenías ante ti durante todo el rato. Que solo necesitabas conectar dos datos aparentemente aislados.

Por eso me exaspera cuando un escritor se saca de la manga uno de los múltiples recursos fáciles para despejar el misterio. En este caso, ¡sorpresa, había una pareja de gemelos escondida! ¡Y además eran capaces de imitar perfectamente la actitud del otro y se suplantaban habitualmente! ¡Qué emocionante! [G: Como dice Sherlock en La novia abominable: NUNCA SON GEMELOS, JOHN]

No.

Es cierto que, durante el desarrollo de la historia, hay un par de pistas que podrían ligeramente hacerte pensar que algo está mal con Wilhelm (y que como dije al principio, Aldreth resume muy bien). Mis pegas al asunto son dos: es aburrido, significa que el malo es malo y nadie más era malo (¿recordáis cuando he dicho lo de personajes grises y claroscuros, bla, bla? Pues eso), además de que es un recurso explotado de la misma forma cientos de veces; y se establece sobre una base incoherente, porque a mí no me convence ni que dos gemelos puedan imitarse la personalidad (por mucho que se conozcan desde pequeños), ni que Aldreth ni nadie que lo sepa lo mencione, cuando es de conocimiento público la existencia de ambos. A la primera queja le concedo que, dado que es un mundo fantástico y se describe que el vínculo entre los gemelos es casi mágico, podría ser posible. Sin embargo, esta regla no se descubre hasta el capítulo dedicado a los hermanos [R: cómo ODIO ese recurso]; hasta entonces, no se había hablado nunca de que las relaciones entre gemelos fueran diferentes.

Así que, vale, si la intención del autor era que el misterio no pudiera resolverse en los primeros diez minutos (¿o veinte páginas?), lo ha conseguido, yo no lo he hecho, no. Para ello me ha tenido que engañar continuamente sobre Wilhelm, en vez de darme más sospechosos, vale. Pero, ¿de qué sirve si el misterio me ha defraudado? Es que, pff, ¡gemelos! [G: PFFFT]

Los personajes están muy estereotipados. Tenemos al asesino oscuro, al alquimista ingenioso, al enano malhablado, a la chica-interés romántico, y los demás poco importan, aparte del malo. Ni siquiera dentro de esos clichés destacan, presentan en muchas ocasiones diálogos semejantes, todo el rato sarcásticos o burlescos (excepto la chica). De hecho, solo analizaré al protagonista y al villano.

Aldreth es un asesino a sueldo al que contrata Wilhelm para que mate al asesino en serie que se está cargando a toda su familia, ya que teme que en algún momento él sea su objetivo. Espero que ya os hayáis dado cuenta de lo absurdo que es que Aldreth acepte la misión. Él no es un investigador, su trabajo consiste en que le señalen una víctima, no en que él mismo tenga que descubrir cuál es. Además, de entrada, sería más fácil para Wilhelm encargarle la tarea a alguno de sus soldados. Estas razones hacen sospechar al lector de Wilhelm. ¿El problema? Durante toda la novela se intenta justificar por qué no es el malo: (Aldreth) lo considera estúpido, tiene miedo, hace cosas absurdas, los planes que se le tuercen parecen accidentes fortuitos… En fin, que el narrador se pone demasiado de su parte, vamos. Todo lo que os estoy diciendo se le echa en cara a Aldreth al final.

Hay un intento levísimo de desarrollo de Aldreth, ya que como le dice el propio Wilhelm, se considera especial respecto a los demás y prefiere pensar que todos a su alrededor son estúpidos. Lo cierto es que no hacía falta este diálogo con el noble para que el lector se dé cuenta de la prepotencia de Aldreth (que se cree listísimo y está fallando todo el rato). Y como mencioné, dicho desarrollo no tiene final. Aun cuando es capturado o humillado, Aldreth no cambia. Seguirá pensando lo mismo del populacho, que todos son imbéciles menos él (al fin y al cabo, ¿por qué no pensarlo, si Tejerina también lo ha reflejado así?) y que es superior a ellos, solo pasará a tener más cuidado con la nobleza y con los sabios, aunque estos de por sí están a un nivel diferente.

El pasado de Aldreth es desconocido. Durante la historia se recalca que pesa una maldición sobre él, que concierne a sus ojos y a su amigo cuervo, y que seguramente se desarrolle en el siguiente tomo. Sí se incide más en que pertenece al Gremio de Asesinos, que su nombre es famoso (aunque nunca dejan claro qué nombre) como asesino y que ha matado a muchísimos inocentes. Sinceramente, Aldreth no me ha dado más motivos que su palabra para creérmelo. Él mismo dice que no se arrepiente, y no me parece mal; y que teme volverse inhumano, cosa ilógica porque hace amigos y se enamora. Me parece un tema muy desaprovechado, solo de fondo y con poca credibilidad.

Por otro lado, Wilhelm es el malo malvado porque es malo. Sí, ese con un gemelo que no aparece más que de fondo en la novela. Resulta que es el hijo menor del duque, por lo que elabora un plan maravilloso que consiste en matar a toda su familia para convertirse en el heredero de su padre. ¿Sensacional, no? Aparte de su padre y hermano, tiene que eliminar a los miembros del Capítulo Blanco, un grupo de gente que sabe distinguir a los gemelos (¿cómo? Misterio), para reemplazar a Eldhelm y que todo el mundo crea que fue Wilhelm quien murió. De ese modo, hereda el hermano mayor y nadie sospecha de la trampa.

¿Nadie? ¿Seguro? Osea, si NADIE tuviera ojos en la cara y no supiera que los herederos del duque son gemelos y son confundibles (salvo por un selecto grupo que, oh, ¡de repente los han matado a todos!), lo entendería. Así que no, no comprendo por qué es un plan genial que el heredero sea reemplazado por su hermano gemelo cuando HASTA ALDRETH, QUE ES CORTITO, SE DARÍA CUENTA.

En sí, el personaje de Wilhelm tiene agujeros por todos lados. Tanto intenta justificar el narrador su aparente estupidez, cuando esta debería ser solo a ojos de Aldreth, que le da capítulos haciendo absurdeces (¿o será su hermano? Mmm… ¿y cómo podría saberlo?). O mismamente, en su primer encuentro, Aldreth le trata como a escoria y él se deja. Así es imposible tomarse en serio a un villano.


R: quitando que sea fan de Loki, esa escena me duele porque
si no te tomas en serio al villano, entonces la película es pura comedia.
Comedia chunga.

Salvo Wilhelm, el resto de la nobleza son buenas personas. Su padre era justo con la gente, el hermano consentía a Wilhelm, Ágatha vivía modestamente, Reinhart era un caballero amable, etcétera [R: así que el autor pone a la nobleza como buena y al pueblo como mierda. Hmmm]. Y del mismo modo, salvo los protagonistas, el resto del pueblo llano es la clásica pintura medieval en la que todos son lerdos. No hay una taberna en todo Savarish que sirva cerveza buena, Drachma da fe de ello (muy pesadamente) durante toda la novela. Y ya no solo eso, sino la ridícula situación en la que un tabernero pregunta a Drachma si es «uno de esos los llamados enanos». ¿Alguna vez os habéis acercado a una persona de ojos rasgados y le habéis preguntado si es «uno de esos los llamados chinos»? Por favor, hacedlo, grabadlo y ¡pasadlo!

El spoiler en esta caracterización está en Gus, la figura paterna de Aldreth, que no se presenta como un tabernero sucio y analfabeto, sino que es amable y cordial. ¡Ahí estaba el truco, señores y señoras! En realidad era un noble disfrazado, que renunció a los lujos de la corte para esconderse.

Tejerina tiende a añadir observaciones o detalles que no aportan nada a la historia, como he mencionado. A mí este tipo de cosas me gustan, pero con sentido y razón. Nada mejor que un fragmento para ilustrar lo que quiero decir:

«Tras él, dos jóvenes parloteaban sobre sus escasas experiencias sexuales. Al parecer, ambas esperaban ansiosas el momento de que un príncipe azul ―con más dinero que sus respectivas familias― llegase a desflorarlas de igual manera que en alguna de las novelas de Erika Leonhard. Aldreth no pudo evitar sonreír con sarcasmo.

“Posiblemente acabéis mal folladas en algún rincón de vuestra mansión ―pensó―, y después lloraréis cuando vuestro príncipe os abofetee salvajemente porque no es lo suficientemente hombre como para asumir su propia frustración.” [R: don Tejerina no sabe cómo funciona la sociedad, ¿no? Normalmente las mujeres eran las que daban dinero y los hombres el estamento. Y si no, no se casaban con mujeres pobres. Así que las jóvenes parlotearían sobre nobles, no sobre ricos, sin importar el estamento del que vinieran ellas] [G: Y a las mujeres nobles las encerraban en torres custodiadas por dragones, así me gané la vida en mi juventud]

El muchacho no se sorprendió al ver que toda la oscuridad que tenía dentro de sí mismo afloraba vertiginosamente. Había llegado la hora del fin, y lo único que le consumía era el odio.

A lo lejos escuchó a una vieja hablando sobre lo frescas que eran las niñas de hoy en día, y no se sorprendió al escuchar un coro de risotadas premiando tan ingenioso comentario. Al parecer, las chiquillas a sus espaldas lo escucharon también, pues se callaron al instante».

¿Hay algo en esta escena que no dé muchísimo asco? ¿Sobre cómo se recrimina la sexualidad femenina por parte de un hombre (el bueno de Aldreth) y de una sabia anciana que tiene que enseñarles cómo deben ser las mujeres (con los mismos valores perfectos y nada reprochables con los que le enseñaron a ella)? No sé ni por dónde empezar a despotricar. El texto habla por sí solo y no quiero ofuscarme, así que matizaré solo lo más importante.

Esta escena es la opinión del señor Tejerina. Fin. Lo siento si estoy siendo injusta o poco imparcial, puesto que no tengo forma de probarlo, pero no veo en ella nada que caracterice al mundo que ha creado, solo un puñado de clichés mal llevados. Vemos cómo dos mujeres sueñan con el mito del príncipe azul desde la perspectiva de un hombre, Aldreth, a las que predice un terrible futuro por su aspiración imposible e inocente (quieren un príncipe azul en vez de conformarse con el tipo de hombre que Aldreth considera adecuado). Vemos, a su vez, que una bondadosa anciana las recrimina y se gana la aprobación de todos a su alrededor. Es la más perfecta representación de cómo se ha criado siempre a las mujeres, entre los hombres y las mujeres fuera de circulación (fuera del ciclo reproductor) para encasillarlas a su rol de género. Mirad, hasta tiene una referencia de lo que significa «ser lo suficientemente hombre». ¡Este fragmento tiene material para todos! o.o

Y sí, eso también es encasillar a los hombres en otro rol de género. Os juro que perdí la cuenta de cuántos hombres durante la novela se mearon en los calzones; de las mujeres es fácil: ninguna.

Podría considerar que la intención de Tejerina es hacer una crítica de esto mismo que estoy desgranando. Pero, ¿escucháis al fondo las risas de Green y Rika? Yo sí. [R: 8)] [G: 8D] No voy a ser tan ingenua. La escena muestra el machismo en la sociedad medieval que ha construido Tejerina. Un machismo inconsciente, asentado y aceptado. El autor no quería exhibirlo o criticarlo en dicha escena, eso es algo que se ha apreciado a lo largo de toda la novela. El reproche iba hacia las jóvenes, que no pueden hacer otra cosa más que callar ante las voces más sabias que ellas.

Ah, lo olvidaba. Ese párrafo entre medias no es más que una justificación de que el protagonista sea tan agresivo (mentalmente) con ellas. ¿Qué habría pasado si no hubiese toda esa «oscuridad»? Efectivamente, como estáis imaginando, habría sentido lástima de su ingenuidad y se acabó. En su fuero interno seguiría pensando que acabarán mal folladas por el príncipe, pero educadamente no habría tenido dicho pensamiento hacia el lector. Gracias, de verdad, gracias por mostrarme cómo es el personaje sin máscara, Tejerina, por muy bien que se comporte con Anixa (¡anda, una noble, como ellas! [R: sapos y culebras, si son nobles entonces no soñarían con un hombre rico sino, todavía más, con un príncipe estamentalmente más alto]).

Perdón por la acidez del comentario. Si esto hubiese sido una forma de mostrar cómo era la personalidad de Aldreth lo habría disfrutado mucho, muchísimo, no tengo problemas con los personajes, sino con las personas. Una persona así es despreciable. Un personaje así, si no intentara justificarse para ser políticamente correcto, sería desde luego más complejo de lo que Aldreth aspirará jamás.

Voy a seguir un poco con el tema del machismo en la novela, si no os importa, aunque en esta ocasión me guardaré las impresiones. Concretamente, sobre la construcción del bad guy y el uso de las mujeres como la principal herramienta para que el lector lo desprecie. Con ejemplos:




1) Wilhelm mira a Anixa con una sonrisa obscena, cosa que a ella no le hace ninguna gracia.

2) La muerte de Ágatha justifica la involucración de Drachma en la historia, aunque no en contra del asesino realmente. Por cierto, la mujer se desmaya durante el enfrentamiento, así porque sí.

3) Un padre (sin nombre) negocia con ¿los sombríos? para obtener un polvo que le hace trabajar más eficientemente, pero el precio sube y estos le piden como pago a su hija. La familia huye, pero los encuentran. Varios enanos los acogen para protegerlos, dicho padre mata a uno de ellos y trata de entregar a su hija. Diría que el valor de estas escenas radica en la diferencia de cómo mueren los hombres y las mujeres. Los enanos, heroicos o causando la conmoción de sus bravos compañeros; la madre de la niña ni se menciona en qué momento lo hace, aunque es de suponer que en una explosión a la que solo sobreviven un enano y la niña.

4) Durante toda la novela, Wilhelm mantiene una relación sexual con una criada de palacio, Sarah, y juega con sus sentimientos. Siempre aparece feliz, aceptada por Wilhelm; o triste, rechazada por este (¿trasfondo? ¿En una mujer que sueña con un príncipe azul que la va a mal follar? JAJAJA). Y no olvidemos su final, embarazada del noble muerto, no vaya a ser que se extinga la línea de sangre de los Isenburg.

5) Diría que el caso culminante es la muerte de Elisa, auspiciada por Wilhelm para que Eldhelm (su gemelo) no averigüe que lo ha suplantado y se ha acostado con la mujer que ama.

6) Veamos el caso contrario. En una de estas escenas de relleno, el capitán O’ree [R: descendiente de las Oreo de RompeRalph] (que no vuelve a aparecer en el resto de la novela) impide que uno de sus soldados la tome con un niño que le ha lanzado una cebolla, y al que su madre intenta proteger con su cuerpo. O’ree reprende al soldado y dice es un acto de cobardía alzar el arma contra una madre o su hijo, y que el rey (sí, no pintaba nada, pero le sacan a colación) no alzaría su puño contra una mujer que intenta proteger a su hijo. Hasta aquí más o menos bien, ¿no? Luego, se usa la historia del niño, cuyo padre murió en batalla, para santificar al personaje de Reinhart (que en realidad pinta solo un poco más que el rey en esta historia), ya que este le oculta que en realidad el padre era un cobarde que huyó del campo de batalla y fue ajusticiado por ello. ¿Dónde está el problema, aparte de un Reinhart diciéndole al chiquillo que cuide de su madre? ¿Alguien ha escuchado hablar a la mujer y madre del niño? Yo no. Dejó de ser escudo (en donde al menos sí tenía una línea, defendiendo a su hijo) para ser jarrón. Sigo esperando.

¿Creíais que eso era todo? Ilusos, dejé lo mejor para el final.

Anixa, el interés amoroso del protagonista, es una aprendiza de exorcista que se queda en la ciudad, a petición de su maestro cuando este se va, para desentrañar el misterio tras los asesinatos. Siendo noble. En Savarish, donde están muriendo nobles. Y se queda sola. Entiendo.

Dejando a un lado de que la sociedad debería ser machista para todos, y no excluir al único personaje femenino con un mínimo de papel de la ecuación, Anixa es capturada por Wilhelm [R: porque para qué evadir clichés]. Nunca se explica cuáles son las razones del noble para mantenerla con vida. Simplemente la encierra en una habitación, quién sabe dónde, atada durante días a una silla. Días. En los que ni mea (¿os acordáis de los calzones mojados? No se aplica a fajas), ni bebe agua, ni come nada.

A partir de ese momento, desde que es encarcelada hasta el final de la novela, Anixa llora casi por cualquier cosa. En un primer momento es lógico, se ha pasado la vida estudiando y de repente va a morir en una prisión, así que no tiene nada de malo mostrar que se siente frustrada y abandonada (sí, se pasa toooodo el rato lamentando que Aldreth no vaya a rescatarla). Al final, se pseudo-libera ella sola, con ayuda de un vampiro cuya intervención no descubre hasta el final, vuelve con Aldreth y se pone a llorar de nuevo cuando le ve marchar para matar a Wilhelm por lo que le ha hecho. Todo bien (mal) hasta aquí.



Más adelante, Aldreth es capturado por la Guardia Real, encarcelado y acusado de cometer los asesinatos contra la familia Isenburg. ¿Llora? No, él es un machote, da puñetazos contra el suelo de frustración y acepta la muerte con orgullo. Misma situación, diferente género. Podría de nuevo justificarse en que ambos han tenido vidas distintas y que, por lo tanto, lo afrontan de un modo distinto, pero, ¿acaso su papel y profesiones no las ha determinado también el autor por género?

Hay un momento en el que Aldreth llora. Increíble, pero cierto. Al final, se abraza con Gus y llora, pero para ello tiene que sentirse como un niño respecto a un padre, no como un asesino. Del mismo modo, Drachma también llora ante la tumba de Ágatha, con la siempre buena excusa de que llueve. Porque poner a un hombre o a un enano llorando sin excusarse es antinatural.

Culminaré el rage con un dato: en Los Ojos del Cuervo no hay ni una sola escena o conversación entre dos mujeres [R: quitando a las niñas a las que se regaña por hablar de sexo. Ah, que están hablando de un hombre. Olvidadlo.] [L: Son secundarias][G: Cero patatero en todos los test]. Nada más que decir, señoría.

Supongo que a estas alturas pensaréis que casi he terminado de desgranar la novela. Pues sí, pero, ¡aún queda mi parte favorita! ¡Dentro clase de antropología!

Durante una conversación entre Aldreth y Drachma, el primero recuerda una enseñanza del misterioso Gremio de Asesinos (que nunca hace acto de presencia) donde le explicaron la diferencia entre la cultura humana y la cultura enana. La primera es una cultura de la vergüenza, en la que la opinión de la sociedad sirve para evaluar las acciones individuales (vamos, que si no te pillan, aquí no ha pasado nada). La segunda es una cultura de la culpa, donde da igual que los demás conozcan el delito, ya que el individuo se siente moralmente responsable de sus actos (el honor de uno mismo es lo más importante).

¿Os suena, aunque sea un poquito? Es la diferencia entre la moral cristiana (u occidental) y la japonesa, por poner un ejemplo representativo. Tejerina ha tomado literalmente la teoría de Ruth Benedict (1946), que hace una comparación de estas dos sociedades. Personalmente me parece una clasificación demasiado simple y poco categórica. Ambas moralidades se construyen socialmente. Es decir, volviendo a Los Ojos del Cuervo, aplicarlo a razas le da un componente biológico que no me gusta ni un pelo. Sin embargo, como siempre intento, pensaré que de fondo hay buena intención y que Tejerina se refería a las sociedades humanas y enanas, no a estructuras mentales.

Cabe destacar que esta descripción la da el narrador desde la perspectiva de Aldreth. Y no hacía ninguna falta, se apreciaba perfectamente en el carácter de Drachma. Una de las cosas que me ha faltado decir es que, como en este ejemplo, Tejerina explica mucho y aporta poco a través de las escenas. No obstante, la reseña se me está alargando mucho y debería cerrarla ya.

Han pasado dos años desde la publicación de Los Ojos del Cuervo. No sé si Tejerina estará planificando y escribiendo la siguiente parte (en cuyo caso le faltarán otros dos años más, si le lleva el mismo tiempo que la anterior), pero desde luego no quiero saberlo. La continuación de esta introducción necesitaría muchos parches y cambios para que me resultara fructífero seguir con la saga. Quizá sí le daría a Tejerina otra oportunidad con una historia diferente. Con los cuervitos, no.

Finalmente, llegamos a la moraleja del día. Si quieres escribir, escribe. Si quieres publicar, errr… Espera, ¿por qué quieres publicar? ¿Y qué quieres publicar exactamente? ¡Ten cuidado, porque en cuanto lo hagas, puede caer en las manos de Green y Rika! Y yo soy una santita a su lado…

LO MEJOR… el mundo y los personajes son clásicos, el estilo de escritura y el detallismo.
LO PEOR… la resolución del misterio, los estereotipos y clichés, la falta de originalidad.

(Todas las imágenes pertenecen a sus respectivos dueños)

Otros sitios que han publicado reseñas:




Si quieres saber más sobre la cultura de la culpa y la vergüenza: Una antropologa en la luna

Página con los tests que Green ha mencionado (y corroboro su comentario, no pasa ni un test): ¿Son buenos tus personajes femeninos?

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